Nueve.

 La incomodidad es algo que mi piel ya tiene asimilado. Sentirme extraña y fuera del espacio tiempo por donde voy. Me da la loquita y quiero que alguien me acobije, que alguien me abrace y respire cerca de mi. Luego recuerdo que nací sola y es probable que así muera, entonces la desesperanza aprendida retorna a su punto de inicio y vuelvo a un pensamiento estoico. No me da vergüenza admitir que soy dependiente, pero tanto me desbordó que se me hace necesario intentar atraparme con estos largos brazos y dejar de lloriquear. Ya córtala, aunque intentes explicarlo con letras o palabras no puedes andar esperando que alguien lo entienda o que sienta esta incomodidad en los poros, tampoco me se expresar muy bien, entonces todo se vuelve un revoltijo de ansiedades y luego de pedir cariño o contención, me siento más horrible que antes.


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