Cincuentayseis.
Dentro del estruendoso viento
Los árboles amenazan con caer sobre mí
Hay unos gritos guturales que se cuelan por los audífonos
El álbum sad de la meiko kaji suena como si fuese uno con el viento que grita y grita.
La ciudad está siendo arrasada
La ciudad y el cemento, que mierda importa.
Ojalá un árbol haya escuchado la advertencia que me acaba de dar un viejito que iba casi volandose: mijita, siempre se caen las ramas, tenga cuidao.
Ojalá al árbol se le suelten dos ramas, una que primero me asuste y otra que me dé en la nuca, que me deje tirada, tan inerte que ni siquiera el gran viento pueda moverme.
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